El fin de la actual crisis económica y social que vivimos tiene sólo una salida, ser capaces de generar el crecimiento, y por ende el empleo, necesario para que exista un cambio de ciclo económico y de verdad podamos decir que esta crisis es ya cosa del pasado, algo que ha salvado a las pymes.
Que nadie se engañe, si se relaja más o menos la prima de riesgo, si el IBEX está en máximos históricos o si nuestros bancos aumentan sus beneficios, no significará que la crisis haya terminado. Ni grandes empresas, ni las administraciones públicas, ni la inversión extranjera serán quienes puedan soportar el peso de más de seis millones de parados, ni la necesidad de alcanzar un equilibrio presupuestario.
Sólo las pymes serán las capaces de invertir, desarrollarse y crear riqueza y empleo. Sólo las pymes podrán soportar los costes sociales y contribuir con sus impuestos para recuperar nuestro país.
Si bien siempre es bueno fomentar el emprendimiento, España (con más de tres millones de unidades de negocio y de ellas más del 98% autónomos, empresarios individuales y pymes de diferente dimensión) no tiene problema para encontrar emprendedores.
Todas las políticas destinadas a emprendedores siempre serán pocas, pero ¿Quién se preocupa por el desarrollo y supervivencia de nuestras pequeñas y medianas empresas? No hace falta nada más que darse un paseo por nuestras ciudades y polígonos industriales llenos de carteles en comercios, almacenes e industrias de “se vende” o “se alquila”, para ver que la mortalidad de nuestro tejido pyme es el verdadero problema de nuestro país.
Muchos deberían bajar las ventanillas de sus coches blindados y pasear por nuestras ciudades. Muchos deberían preocuparse más de hacer sobrevivir a nuestras pymes que de seguir fomentando que nuestros jóvenes, en un mercado contraído con pocas posibilidades de éxito, se lancen a la aventura de emprender, por ser esta sociedad, sus políticos y agentes sociales incapaces de darles una buena salida laboral.
La solución no es fácil pero el camino es claro. Tenemos que regenerar a nuestras pequeñas y medianas empresas, ser capaces de dotarles de los recursos económicos necesarios, apoyarles en su internacionalización, acompañarles en el camino necesario de la innovación y la optimización de su gestión, para conseguir su desarrollo y crecimiento.
Las pymes tendrán que generar riqueza y empleo, pero urgentemente, de lo contrario nunca podremos decir que hemos salido de la crisis.